Dar gracias es un arte

"Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro" -Albert Einstein-

Aprendí a dar GRACIAS desde que tengo uso de razón. Mis papás dieron GRACIAS por mi desde el momento en que nací y creo que lo que hacen nuestros padres influye de manera profunda en nuestro comportamiento posterior en la vida. Fueron ellos quienes me enseñaron a agradecer. Me contaron que debía dar GRACIAS porque al momento de nacer, cuando mi mamá tenía 7 meses de embarazo, iba a morir. En aquel momento los doctores le preguntaron a mi papá a quien debían salvar pues ambas vidas estaban en riesgo. Mi papá, que ya era padre de mi hermana mayor, contestó razonablemente que salvaran a mi mamá. A eso se dirigieron los doctores. Por algún milagro por el que debo dar GRACIAS, en ese momento me salvé. Seguí creciendo con mis complicaciones y a los 11 meses, nuevamente estuve a punto de morir por un ataque de asma. Así transcurrió mi infancia, 12 hospitalizaciones hasta la edad de 6 años. Estaba más en la sala de emergencia y en el hospital que en mi casa. Repentinamente, mientras fuí creciendo y desarrollando mi sistema respiratorio, el asma desapareció. Otro motivo adicional para dar GRACIAS.

Nací en una familia de músicos, razón por la cual desde que andaba en pañales, GRACIAS a mi abuelo descubrí mi vocación musical. El hecho de que mi abuelo fuese director musical y fundador de Los Pleneros de Ponce me llevo a tarimas importantes de mi isla desde la edad de 6 años cantando uno de los géneros de mas significado social e histórico de nuestra isla, La Plena. GRACIAS al compartir con buenos músicos de mi pueblo y pueblos aledaños pude aprender la historia del género, su correcta interpretación e inclusive a componerlo. Adicional, GRACIAS a que mis papás se dieron cuenta de mi aficción por la música me pusieron a estudiar ese arte desde los 7 años.

Podría dar muchos más ejemplos pero pienso que ya ustedes entienden mi idea. La belleza que emana del agradecer y ser agradecido no tiene medida y el arte no es otra cosa que recrear, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas. Por eso dar gracias es un arte. Por eso debemos mirar al pasado y agradecer por aquello que nos convirtió en lo que somos hoy pues no somos otra cosa que el resultado de nuestras propias acciones y nuestras acciones siempre tendrán poca o mucha influencia de esos que han tocado nuestra vida. Agradecer por lo bueno y no tan bueno. Por lo que nos ha durado mucho y lo que con su paso efímero nos ha llevado a reflexionar. Agradecer por los triunfos y los fracasos porque seguramente, cuando hemos fracasado y analizado nuestras acciones este fracaso nos ha llevado a triunfos nuevos. Agradecer no por un día, no por varias horas, no por un premio, no por un regalo. Agradecer porque por un tiempo limitado se nos ha otorgado el regalo de la vida y no podemos esperar un segundo porque tal vez el próximo segundo, no tendremos vida para agradecer. 

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Francisco Javier Quiñones es profesor de música y dirección coral. Su extensa carrera en el ambiente artistico, educativo y musical de más de 30 años le ha permitido trabajar con un sin número de jovenes y cantantes de renombre presentandose también en grandes escenarios abarcando géneros cultos y populares. 

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www.fjmusicpr.com

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